Se trata de un término japonés utilizado en el budismo zen para designar una especie de problema en el que el maestro formula a sus discipulos para que lo resuelvan. En este sentido, el koan es una fórmula didáctica anclada en una pregunta en apariencia absurda. Estos desafíos planeados por el maestro podrían ser considerados, tras una mirada superficial, carentes de sentido.
El koan tiene como objetivo romper las pautas normales de pensamiento e introducirse en una súbita conciencia de iluminación. La idea que inspira este método es que el hábito de la lógica y la conceptualización impide tomar contacto con la realidad última.
Cuando el discípulo explica sus ideas lógicas como respuesta a un koan, probablemente no esté pensando en la dirección adecuada a la enseñanza que se le pretende impartir. El zen no es una disciplina intelectual basada en la dialéctica sino algo que opera más alla de la lógica buscando una verdad que es certera por intuitiva y por ello, liberadora.
Así pues, para el budismo zen, mientras que la razón es muy útil para la vida diaria, no puede resolver el problema último con el que cada uno de nosotros se enfrenta cuando busca hallar el sentido de la vida.
¿Qué sonido hace una sola mano al aplaudir?
Si todas las cosas deben volver al Uno, ¿adónde debe volver ese Uno?
Sólo cuando se lo busca se lo pierde. No se lo puede retener, ni puede uno librarse de él.
Si usted comprende, las cosas son tales como son. Si usted no comprende, las cosas son tales como son.
Bashô dijo a los monjes reunidos: 'si tienen un bastón, les daré uno. Si no tienen un bastón, se los quitaré' .